La casa que buscaba la luz: un diseño arquitectónico inspirado en los girasoles.

La casa que buscaba la luz: un diseño arquitectónico inspirado en los girasoles.

La Casa Girasol: donde la arquitectura baila al compás de la naturaleza © Koichi Takada Architects

El edificio, positivo en carbono, buscará automáticamente la mejor orientación hacia el sol e integrará nuevas soluciones de ventilación como adaptación al cambio climático.

Uno de los retos de la arquitectura sostenible es, sin duda, la eficiencia energética. Normalmente, se apuesta por el uso de materiales aislantes, tejados reflectantes y soluciones similares. Uno de los factores de gran peso es la orientación de un edificio, la codiciada orientación sur, que maximiza la radiación solar recibida. Pero ¿y si la orientación no fuera fija? ¿Y si, a la manera de los girasoles, un edificio pudiera girar sobre sí mismo siguiendo el arco solar? Los viandantes que pasean por la región de Umbría en Italia están acostumbrados a la visión de un dorado tapiz de girasoles entretejido en sus suaves colinas. Con un poco de suerte, pronto también podrán ver unos curiosos edificios que imitan esas plantas, tanto en aspecto como en función. Esa es la visión del arquitecto japonés Koichi Takada, que ha presentado un diseño ecológico para la zona a petición de Bloomberg Green.

Los nuevos edificios de Takada están concebidos para mimetizarse con su entorno. No en vano, siguen la disciplina de la biomimesis o biomimética, de la que hemos hablado a menudo en esta página. La pieza fundamental del diseño es el tejado circular y rotatorio que comprende una serie de paneles solares a modo de pétalos. Los sensores lumínicos integrados permitirán que la estructura se mueva de forma autónoma en busca de la mayor exposición solar. Se calcula que, por medio de este sistema, la Casa Girasol producirá un 40 % más de energía en contraste con los paneles solares fijos convencionales. La energía sobrante del edificio se almacenará en un sistema de baterías o se derivará a la red.

Sin embargo, esta no es la única forma en que los girasoles han sido una fuente de inspiración. El arquitecto señala que las estructuras artificiales suelen requerir unos cimientos muy anchos, en contraposición a los girasoles, que tan solo precisan de un delgado tallo para sostener una flor de gran diámetro. Este principio se ha extrapolado al diseño final, que busca una intervención mínima en el terreno de tal forma que se preserve la biodiversidad del entorno.

La Casa Girasol es un diseño modular que permite trabajar con dos o tres plantas. Este sistema de altura variable significa que se pueden construir casas con un distinto número de plantas, de tal forma que los edificios no se den sombra entre sí.

Casas más frescas y con mayor eficiencia hídrica

Además de los aspectos energéticos ya mencionados, la casa de Takada está diseñada para mantener interiores más frescos. De este modo, el diseño de pétalos extendidos a modo de voladizo arrojará sombra sobre las estancias inferiores. Este factor es de especial importancia en vista de las cada vez más frecuentes olas de calor que afectan a la región italiana a consecuencia del cambio climático. Paralelamente, un sistema rotatorio adicional permite cubrir las fachadas acristaladas. Y, como cada planta forma una estructura circular separada de la planta superior e inferior, se estimula el flujo del aire entre ellas  

Por último, el tejado circular e inclinado no solo se encarga de recoger la luz solar, sino que también hace lo mismo con el agua de lluvia. Un sistema de canalizaciones recolecta las precipitaciones lluviosas y envía el agua a un aljibe en la base del edificio.

Quizá la mejor explicación del concepto la ofrezcan las palabras del propio diseñador: “Necesitamos una arquitectura cinética, viva y respetuosa con el medio ambiente que, a la vez, mejore el bienestar de sus habitantes”. Si quieres saber más de edificios inspirados en la naturaleza o basados en biomateriales, te recomendamos este artículo sobre la arquitectura viva o baubotanik o este otro acerca del uso de hongos en la construcción o micotectura. Ambos casos son buenos ejemplos del viaje hacia una arquitectura sostenible.

Fuente: I’mnovation

Puebla Life

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