Independencia de México

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Tercera parte.

Durante la lucha por la Independencia de México, numerosos contingentes militaron con las fuerzas de Don José María Morelos. Solamente la ciudad se organizó para defenderse de los insurgentes, desde la catedral salieron anatemas de excomunión para los sacerdotes revolucionarios; Manuel Flon atacó a los insurgentes en Izúcar y salió derrotado; Mateo Musitu, fue fusilado por las tropas independentistas en Chiautla; Zacatlán y Chalchicomula en el norte y Tehuacán, Tepexi y Acatlán en el sur estaban controlados por los insurgentes.

Las divisiones de los insurgentes poblanos y la derrota de Miguel Negrete, uno de los principales jefes de la insurgencia en Puebla, fueron los hechos que marcaron el año de 1814 para los independentistas poblanos. En ese mismo año fue promulgada la Constitución de Apatzingán, ya con el Congreso de Chilpancingo en fuga ante la persecución realista.

En su huida, Morelos condujo a los miembros del congreso a Uruapan (Michoacán) y en septiembre de 1815 intentó llevarlo a Tehuacán (Puebla), aunque fue capturado en Tezmalaca y fusilado el 22 de diciembre de 1815 en San Cristóbal Ecatepec (México). Los miembros del Congreso llegaron a Tehuacán, donde fueron recibidos por Manuel Mier y Téran. Sin embargo, los insurgentes fueron derrotados en esa plaza.

En 1816, el norte de Puebla fue recuperado por los realistas al mando de Manuel Concha. Zacatlán fue ocupada por los españoles, con ayuda de los insurgentes que pasaron al bando contrario. Osorno huyó a Tehuacán, que también enfrentaba el acoso de los españoles. En diciembre, la población fue sitiada por los españoles.

En enero de 1817, Mier y Terán entró en negociaciones con el gobierno virreinal. Tras asegurar amnistía en el conflicto, incluyendo a los realistas que pasaron a la insurgencia durante el sitio, rindió la plaza de Cerro Colorado el 21 de enero.

Con la rendición de los insurgentes en Tehuacán y Zacatlán, el movimiento quedó prácticamente extinguido en la intendencia de Puebla. Sin embargo, la restauración de laConstitución de Cádiz en 1820, generó un panorama de inestabilidad política.

El obispo Antonio Joaquín Pérez —que como diputado a las Cortes por la intendencia de Puebla había apoyado a los persas en 1815— se pronunciaba a favor del gobierno liberal,pero la Iglesia en realidad estaba considerando la posibilidad de apoyar la restauracióndel absolutismo.

La elección de las diputaciones provinciales fue motivo de disgusto para la intendencia de Puebla, que fue incorporada a la diputación de México. El ayuntamiento de la Angelópolis presionó para que se estableciera una diputación poblana y un consulado comercial en la ciudad, pero fue reprimido por el intendente Del Llano.
Puebla Ayer

Fuente:
Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo
Municipal. Secretaría de Gobernación[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]