Gloria y Emily Estefan sacuden la portada de Vogue con su ritmo (y estilo)

Gloria y Emily Estefan sacuden la portada de Vogue con su ritmo (y estilo)

En las dos es evidente la herencia cubana y el abrazo a la cultura latina, pero también su celebración por la individualidad y pasión por la música.

Gloria Estefan y su hija, Emily, posan por primera vez juntas para la portada de Vogue México y Latinoamérica. Son amigas y cómplices. Comparten genética, vivencias, entorno y profesión… y nos dejan entrar en su mundo con una sonrisa.

‘A los tres años me puso la mano en el brazo y me preguntó: ‘Mami, ¿tú eres feliz?’ ¡A los tres años! Siempre muy reflexiva, muy llena de sensibilidad’… La mayoría de las madres hablan con emoción de sus hijas e hijos, pero siempre se nota ese extra un poco exagerado con que solo sus ojos miran.  Sin embargo, por algo que no es posible describir, en este caso y esta vez en particular, el elogio suena perfectamente creíble y lógico, aún cuando todavía no he conversado con las dos… Sí, porque esta historia va de dos, madre e hija, que son además artistas, una ya un ícono, y la otra con potencial para llegar a serlo: Gloria Estefan y su hija, Emily.

FOTOGRAFÍA: José Forteza

En las dos es evidente la herencia cubana, el abrazo a la cultura latina, pero también la capacidad de estar abiertas a las mejores y esenciales influencias de todas partes del mundo, que les convierten en fenómenos globales. Para Gloria y Emilio Estefan, personalidades que delinearon e hicieron de la música cubana y latina santo y seña del sonido de Miami, las cosas fueron un poco diferentes que para Emily. ‘Siempre estuvimos conscientes de lo que hacíamos’, dice Gloria. ‘Cuando hicimos los que fueron nuestros primeros éxitos, los ejecutivos querían que no usáramos elementos de música cubana, y lo hicimos. Lo primero que canté ‘en público’ fue Sabor a mí y Tú me acostumbraste, así que desde ese momento el mensaje estuvo claro… Eso nos hacía distintos. No obstante, yo amaba a Carole King y Stevie Wonder. Yo escuchaba también a Dinah Shore, Doris Day… muchas; pero al hacer música y escribir canciones teníamos que ser nosotros y la raíz cubana y latina era esencial. Así llegamos al disco Mi Tierra y todo el mundo nos decía que estábamos locos en un momento en que teníamos todo el éxito en el mundo anglo. Y no nos equivocamos. Nos dejaron explorar, y lo conseguimos’.

FOTOGRAFÍA: José Forteza

Gloria Estefan habla y no hay en ella nada de divismo ni poses de súper estrella distante… tampoco en Emilio, que anda pendiente de todo, mientras se arma el caos ordenado de una sesión de fotos en su casa. Esta gente se siente cerca y parte de lo que podemos ser y sentir todos, y ese es el primer rasgo de su legado que se impone cuando los ojos inteligentes y profundamente intensos de Emily te miran mientras habla. ‘Lo último que quería hacer era entrar al mundo de la música y el arte, primero, porque cuando yo nací todo el mundo me miraba como, ‘ah, ¡el milagro!’ porque mi mamá había tenido un accidente que generó complicaciones para tener bebés otra vez… Todo el mundo veía una ‘Glorita chiquitica’ y yo no quería eso, porque tenía que llenar expectativas enormes’. 

La menor de la familia habla con el mismo aplomo y seguridad con que le hemos visto en apariciones públicas y en sus redes. ‘Sin embargo, luego supe que era una manera incorrecta de mirarlo, porque en la vida tienes que hacer lo que te haga feliz. Yo quería ser médico, quería ser la primera chef de Benihana mujer, fíjate que no hay. También jugaba baloncesto, algo muy bueno con mi poca estatura… Nada, que todo me llevaba a que tenía que ir a la música. Aún así, no quería cantar, así que empecé con la percusión, tocando batería. Me enamoré de la música y supe que era mi destino. No canté hasta los 18 años. Me tomó un tiempo convencerme que iba a terminar en el arte y la música’.

FOTOGRAFÍA: José Forteza

Esto no es una biografía, sino un espacio testimonial para conocer más a estas artistas, hablando ellas mismas, en primera persona, justamente sobre lo que no aparece en los aburridos perfiles de cualquier publicación. Así, nos enteramos por Gloria de que, ‘siendo una niña, Emily le hacía comentarios a Emilio sobre las producciones, como: ‘Papi, sube el bajo’. Ella empezó a estudiar piano a los 4 años y como músico se veía que tenía cualidades tremendas, fue a Berklee College of Music para redondear su formación, pero su talento es natural. Cuando era niña, me decía: ‘No canto’, porque temía que saliera yo en su voz. Luego, un día me dice: ‘Vírate hacia la pared porque no puedo mirarte para hacer lo que voy a hacer’; miré para la pared y, cuando escuché la voz que salió, fue una de las más grandes emociones para mí. Luego, se fue a la escuela y, en dos meses, grabó su primer disco. La veo como un Prince. No es solo cantante, es una artista especial, excepcional y compleja’.

Del otro lado, Emily Estefan irradia energía y admiración cuando habla de sus padres. ‘Yo nací en 1994, y ya mi mamá estaba en la etapa solista de su carrera. Sin embargo, lo que más me enorgullece es que mis padres hicieron mucho por la música latina y ayudaron con eso a muchas personas. Ellos mismos triunfaron antes en Europa, pero siempre trabajaron y representaron a su gente. Gloria y Emilio son parte de la historia y las vivencias de varias generaciones de inmigrantes que se integraron a un país que los recibió. Más allá de la música, mis padres son parte de esta realidad. Si mañana perdiéramos todo lo material, todo el dinero; la historia y el respeto de la gente nunca se perdería. Eso es lo más importante’.

FOTOGRAFÍA: José Forteza

Sí, Emily Estefan es especial más allá de su talento. El aura y la calidez que exuda no engañan, y si alguien tiene muy clara la espiritualidad de su hija, es Gloria. ‘Un día, yo me había lesionado un tobillo y me puso las manos: ‘te voy a sanar’, me dijo… Como una sesión de reiki. ¡Era como mi abuela! Si existiera la reencarnación, creería que es ella. Me decía cosas como: ‘cuando yo era grande, yo te daba la leche’. Y a mi mamá le decía: ‘Cuando yo era grande te hacía crespos en el pelo’. Lo más fuerte fue una vez que estábamos en la cocina con la chef, Miriam, y la nana de Emily, todas hablando. De pronto, miro a Emily haciendo la masa de unas croquetas y nos dice: ‘cuando yo era grande mi mejor amiga se llamaba Cuca’… No le hice caso, pero luego le pregunté a mi mamá, ¿mi abuela tenía una amiga que se llamaba Cuba? Y resultó que sí, era su prima hermana y ese era el nombre’…

Y es que Gloria y Emily se complementan en muchas dimensiones en las que caben un montón de vivencias presentes y pasadas. También pasa en el perfil profesional de la menor de las dos. ‘Tengo 27 años y viví en un mundo en el que no había celulares hasta que teníamos como 17. Yo crecí con músicos sobre el escenario… Fíjate que nada más la sección de metales de mi mamá tenía cinco músicos, y ahora no hay esa presencia física: No banda. No disco, todo es digital, en un concierto ves un DJ con un cantante, pero no músicos. Pero a mí me inyectaron ese amor a la música presencial, me inculcaron hablar español, mira, ahora mismo estamos hablando español y yo entiendo la necesidad de conectar con las raíces. A partir de ahí, orgullosa de mi sangre cubana, orgullosa de la música que hago y de mi banda, con todas las influencias, y tocando instrumentos, no pulsando un botón y tocando nada más un track. Ese legado de ellos es lo que hace diferente mi realidad y me hace sentir muy orgullosa’.

FOTOGRAFÍA: José Forteza

La música es una gran protagonista en las vidas de estas dos mujeres. ‘Tocar música es mi día a día, y también escucharla, encontrar nuevos artistas con mis amigos, con mi familia’, comenta Emily. ‘Hay cantidad de creadores con un talento increíble. Sin embargo, no todos se dan a conocer. Existen muchos que tienen la necesidad de hacer música muy comercial, para vender, y eso está bien. Otros deciden ir por una línea sólida, sin que nadie les diga qué hacer. Creo que mi responsabilidad como artista es decir lo que siento y como lo siento. Yo apuesto a tener músicos y música conmigo y para quienes me quieran escuchar’. Gloria ve a su hija y la contrasta con lo que sucede en la música de este momento. ‘Para Emily es difícil. A ella le gusta tener músicos en el escenario y tiene influencias importantes. Ella ama las armoníaslas melodías y tiene que ser fiel a eso. Ella es ella, no le caben las etiquetas’. Y esa afirmación de Gloria se corrobora cuando Emily acredita sus influencias… ‘Por supuesto, la música de mis padres, la música cubana, más Quincy Jones; el jazz de músicos como Oscar PetersonMiles DavisChucho Valdés… Por suerte, estoy en un mundo de músicos que respetan todo eso y también fusionan hip hop y muchos géneros, como Snarky Puppy’.

Al mirarles mientras transcurre la sesión de fotos, las Estefan tienen en común el gusto por lo descomplicado en cuanto al estilo. Sin embargo, mientras Gloria va a lo más minimal, Emily, aún desde una óptica urbana muy contemporánea, evoca el exotismo de las mujeres de los años 20 del siglo pasado, que cimentaron la estética de los inicios del cine. Tiene la mirada de Pola Negri con la sensualidad de una Marlene Dietrich en El ángel azul. ‘Siempre fui muy tímida y no quería que pasara conmigo como con mi mamá, que tenía los ojos y los flashes encima a toda hora. Me escondía en ropa rara para que no me miraran ni me elogiaran. Para mí, en el escenario, si tocaba con mi banda, una t-shirt era lo que bastaba. Cuando conocí a  mi novia, ella me dijo que en el escenario soy otra persona, diferente de la persona cotidiana. Ella, que es estilista, me enseñó a entender y amar la moda. Así aprendí a realizarme en la persona pública y mirarla desde afuera, disfrutándola. Amo a las Drag Queens, cómo se transforman… al final todas somos drags cuando nos vestimos en la mañana y ya nos transformamos en algo diferente a lo que salió de la cama’. Los planes futuros de madre e hija son muchos, pero nos centramos en Emily, que nos dice:  ‘Viene música nueva. Acabo de salir en la película Father of the Bride y quiero agregar más… Con mi novia tengo un podcast In Our Own World. Estamos vivas, voy a seguir trabajando y estoy llena de optimismo; ¡eso es lo que importa!’.

FOTOGRAFÍA: José Forteza

Con Gloria nos acercamos al cierre de nuestra conversación y dejamos que nos describa cómo ve a la mujer en la sociedad y en su familia. ‘Las mujeres de mi familia siempre han sido las que han llevado adelante lo filial y los negocios. Mi madre y mi abuela fueron el gran ejemplo. Ser madre también me empoderó y me hizo más sólida. Yo estaba en el escenario sin dejar de ocuparme de mi hijo si tenía fiebre en casa o tras bambalinas. También es importante apoyar a tu pareja y que tu pareja te apoye… Ser una mujer empoderada es hacer lo que quieras, sabiendo dónde está el balance. Emily es un ser humano increíblemente especial, es espiritual y sensata, es humilde y capaz de unir personas y generaciones… Y, por qué no, también lo tiene todo para ser un ícono de moda’. 

FUENTE: vogue.mx

Emmanuel Cocone

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